El distanciamiento y el aislamiento social y preventivo obligatorio han sido efectivos para retrasar la propagación del covid-19 al minimizar el contacto cercano entre las personas. Pero si un problema ha dejado en evidencia esta cuarentena es el de la violencia de género.
En muchos casos la cuarentena puede transformarse en cautiverio cuando a las mujeres se las somete al peligro de convertirse en prisioneras dentro de sus propios hogares. Cuando ya hay violencia machista en una casa, las condiciones de confinamiento potencian tanto los conflictos de la convivencia como la
frecuencia de las agresiones sexuales y violaciones. La reclusión permite que los signos de violencia física y tortura se oculten. Es decir, muchas mujeres y niñas se encuentran particularmente expuestas a la violencia precisamente donde deberían estar protegidas de ella. En sus propias casas.
A las dificultades propias de un aislamiento obligatorio, se agrega, el estrés derivado de la preocupación por la subsistencia familiar de aquellos sectores que trabajan de forma independiente o de manera informal, sumado al temor que toda la población afronta sobre la posibilidad de enfermar, enfermar a otras personas o morir como consecuencia del contagio con el coronavirus. Siendo estas condiciones, factores que exponen a las mujeres a una mayor cantidad y gravedad de violencias.
Cada vez se conocen más cifras que demuestran que de las tensiones o disfunciones crónicas que sufren las familias (y que se magnifican durante el encierro) las mujeres son las que están recibiendo la peor parte. En muchos casos los varones que están en situaciones de precarización laboral o son trabajadores
informales y, por lo tanto, se ven obligados a quedarse en su casa sin ningún ingreso, se ven afectados psicológicamente. En el marco de una sociedad machista y patriarcal, cuando un varón que tiene, socialmente, el mandato de ser proveedor, no puede cumplir ese rol, tiende a ejercer más violencia sobre las personas que dependen de él. De esta forma, la frustración de la masculinidad hegemónica, provoca efectos nocivos sobre mujeres y sobre hijos e hijas de estos varones.
El aislamiento preventivo social y obligatorio reforzó en varios casos el aislamiento de las redes de apoyo al que ya son sometidas frecuentemente las mujeres en situaciones de violencia. Este escenario puede reforzar los miedos producidos por la vulnerabilidad y el socavamiento en sus personalidades. La sensación de que no hay lugar adonde salir ni adonde ir, se torna angustiante y peligrosa.
Sostenemos que la violencia de género e intrafamiliar son asuntos de política pública que hay que atender especialmente en estos momentos.
Por tanto, como sociedad civil solidaria es fundamental saber con qué
recursos contamos:
– Las comisarías están abiertas.
– Telefónicamente, con La Línea nacional 144
La Superintendencia de la Cámara Nacional en lo Civil ordenó prorrogar por 60 días las medidas cautelares de protección para víctimas de violencia de género que vencieron en los últimos 40 días o lo hagan dentro de la cuarentena (exclusiones del hogar, prohibición de acercamiento, perímetros de exclusión y otorgamiento de botones anti-pánico, tobilleras, entre otras).
A nivel local:
Área de Promoción Social y Participación Comunitaria: 3546-511394
Área de Salud Mental: 3546-437140
Destacamento de Villa Ciudad Parque: 3546-456779
Provincial:
Polo de la Mujer 351-8141400
Nacional:
Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad
WhatsApp: 11-2771-6463 11-2775-9047/4
linea144@mingeneros.gob.ar
Aplicación gratuita para celulares, tanto para dispositivos Android como Iphone, de la Línea 144 a través de la página web del Ministerio. Los derechos y las libertades de las mujeres son esenciales para lograr sociedades fuertes y resilientes. Juntas/os podemos y debemos prevenir la violencia, mientras trabajamos para superar al COVID-19.
Por último una serie de recomendaciones
• Es importante agendar y tener a mano los números de teléfono facilitados anteriormente, como también mantener los vínculos y las redes de confianza
• Llevar el celular siempre con batería. Aunque no tenga crédito, hay líneas gratuitas para llamar en urgencias.
• Ante un nuevo episodio de violencia, buscar una puerta o ventana para salir rápido de donde estén. Recuerden: en casos de violencia se puede romper la cuarentena para salvaguardar sus vidas y realizar la denuncia.
• Si sos testigo de una situación de violencia de género, denunciá. Podes llamar a cualquiera de las líneas de emergencia de forma gratuita y anónima.
Si sabes de una amiga, vecina, hermana que está cumpliendo aislamiento obligatorio con su agresor llamala, escuchala y no la juzgues. Si tu vecina sufre violencia de género podes acompañarla manteniendo la distancia física pero dándole apoyo y haciéndole saber que puede recurrir a vos
de necesitarlo.
Como mencionamos anteriormente debemos ser conscientes de que el
aislamiento ayuda a detener el avance del virus, pero agrava otros problemas.
No alcanza con quedarse en casa. Es quedarse, y estar muy atentos/as a las
consecuencias de esta medida inevitable y ayudar cada uno/a desde el lugar que nos ocupa