El 2 de abril de 1982, la dictadura cívico-militar inició el desembarco de tropas en las islas Malvinas, usurpadas por Inglaterra desde 1833. Con esta acción de afirmación de la soberanía nacional, apoyada por un importante sector de la población, la dictadura intentaba ocultar la gravísima situación social, política y económica a la que había conducido su gobierno.
Desde aquella fecha a esta parte son innumerables las cicatrices que este tramo doloroso de nuestra historia ha dejado en el pueblo argentino.
Creemos que el trabajo diplomático realizado por los posteriores gobiernos democráticos y las tareas de divulgación que han emprendido las agrupaciones de excombatientes han logrado un piso de conciencia en nuestro pueblo, que ahora tiene una dimensión más cabal de lo que representa semejante arrebato de nuestro territorio y sus recursos naturales y económicos.
Medida en kilómetros cuadrados, la usurpación británica es la mayor disputa de soberanía a escala global. Y no son solo los 12.000 km2 del archipiélago de las Islas Malvinas, son además los mares adyacentes, las Georgias, Sandwich del Sur, las Islas subantárticas y lo más codiciado: la Antártida.
Desde el momento en el que las islas Malvinas fueron usurpadas, hace 188 años, nuestro país nunca dejó de reclamar la recuperación de sus derechos de soberanía, basándose en fundamentos jurídicos e históricos.
La Constitución Nacional nos señala a todos los argentinos un objetivo permanente e irrenunciable: recuperar el ejercicio pleno de nuestra soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, de conformidad con el derecho internacional y respetando el modo de vida de sus habitantes.
Los inmensurables recursos del área en disputa son las razones de la expoliación británica: hidrocarburos, yacimientos de petróleo y gas, minerales, nódulos polimetálicos, biodiversidad marítima y la proyección hacia la Antártida, fuente de recursos estratégicos y la mayor reserva de agua dulce del planeta.
Este 2 de Abril, todos y todas, desde la Quiaca hasta la Antártida, rendimos homenaje a quienes combatieron heroicamente por la recuperación del ejercicio de la soberanía nacional sobre las Islas Malvinas.
Recordamos con honor, admiración y respeto a los 649 soldados que dieron la vida por la Patria. Y también homenajeamos a quienes volvieron al continente y llevan en sus cuerpos y mentes el testimonio de haber luchado con valor por nuestras queridas islas, y a sus familiares, en especial a los que sufrieron la pérdida de sus seres queridos.